lunes, 29 de octubre de 2012

El cole de mayores


De nuevo Teresa nos ha dado una sorpresa con el modo en que ha vivido su adaptación al colegio. Como casi siempre nuestros miedos y temores son mayores que los suyos y prueba de ello es que, aunque con los nervios normales del primer día, todo el proceso de adaptación transcurrió con absoluta serenidad.

No hubo llantos, ni tampoco intentos de retrasar el momento de separación entre nosotras a la llegada. Con un simple beso y una sonrisa se acercaba tranquila a la fila ordenada de niños totalmente desconocidos para ella. Quizá el único inconveniente lo encontró al descubrir que este año tendría un maestro en lugar de una “seño” como ella deseaba.
Para mi sorpresa Teresa no hablaba mucho en clase los primeros días, así me lo comunicó su maestro, aunque sí se mostraba atenta y participativa en todas las actividades propuestas. Supongo que necesitaba adaptarse, observar y poco a poco ir adquiriendo confianza. A los pocos días ya se sabía el nombre de todos los niños de la clase y el color de cada equipo en el que están agrupados. ¡No es de extrañar que hablase poco!
Pero a pesar de que todo va bien todavía se acuerda mucho de sus antiguos amigos de guardería, y eso que no los ha vuelto a ver. A algunos los nombra casi a diario y se pregunta qué harán y a qué colegio van. A veces incluso simula hablar con ellos por teléfono y quedan para verse.