viernes, 29 de julio de 2011

Ofiacialmente de vacaciones


No tengo tiempo para mucho más pero quería al menos despedirme.
¡Estoy de vacaciones! Llega el momento de disfrutar plenamente de Teresa y seguir descubriendo el mundo juntas. 
Estoy segura de que estos días sin separarnos ni un momento nos van a venir genial a todos.
Besos a todos.

lunes, 25 de julio de 2011

Dos años y medio


Hoy celebramos los dos años y medio de Teresa. Me refiero a que lo celebramos porque estamos muy contentos y es una fecha importante, no es que hayamos preparado una fiesta. Hoy me he puesto a recordar cómo era Teresa hace un año y es asombroso todo lo que ha cambiado. Es una niña más que un bebé. El cambio más importante últimamente es que le encanta jugar con otros niños e intenta manejar la situación, convencer a sus amigos para que jueguen a lo que ella quiere, sobre todo hacer carreras. Ya no me necesita tanto en sus juegos, aunque es cierto que a los niños les encanta que los mayores decidan jugar con ellos y corro gustosa detrás de todo el grupo. Otro de sus juegos predilectos es hacer de camarera, preguntar a todo el mundo qué desea y preparar platos en una cocina imaginaria o incluso comprar los ingredientes en el supermercado imaginario, y si puede hacerlo corriendo de un lado para otro, mejor. Otras veces sustituye las carreras por los saltos. Es como si necesitase quemar energía acumulada, algo que siempre he pensado de los niños.
En el agua es toda una acróbata, ya no quiere que le de la mano para saltar a la piscina y ha aprendido a hacerlo sola. Coloca los pies justo al borde de la piscina y salta con fuerza bien lejos. Es un espectáculo porque le gusta mucho meter la cabeza debajo del agua y levantar las piernas, dice que hace el pino. Se maneja perfectamente en el agua con sus manguitos y llega a la dirección que quiere rápidamente. Además ahora ha aprendido a salir de la piscina por el bordillo, sin ayuda. Termina los días agotada.
Hace tiempo que no toma biberón por las mañanas, decidió un buen día tomar su leche en la taza de Caperucita Roja, pero papá le compró otra de Mickey Mouse más grande, así que sigue tomando la misma cantidad. Lo que no hemos conseguido todavía es que tome la fruta a trozos o un filete. Es misión imposible, por ahora.
Le gusta mucho la música y bailar. Es normal escucharla canturrear a cualquier hora mientras hace cualquier cosa. Canta canciones que conoce o que ella misma se inventa. Por las noches, aunque pide ir a su habitación a para que le lea un cuento y luego dormir, tarde o temprano me llama para venir a mi cama, algunos días está tan agotada que cuando me llama ya ha amanecido. Cuando viene a mi cama extiende sus brazos y nos toca el pelo a los dos al mismo tiempo hasta que vuelve a dormirse.
Es consciente de sus avances y logros, tanto que ya se me mayor. Todo el tiempo está hablando de lo grande que es y de que puede hacer esto o lo otro porque “ya soy mayor”. Tiene mucha prisa por crecer, mientras su padre y yo intentamos parar el tiempo para disfrutar de cada momento con ella y le decimos: “Teresa, no crezcan tan deprisa, por favor”.

lunes, 18 de julio de 2011

La playa y la historia del bikini



El fin de semana hemos estado en la playa. Como a Teresa ya le habíamos anunciado los planes desde que terminé de trabajar el viernes no paró de dar saltos detrás de mí por toda la casa diciendo “vamos ya”. Con lo nerviosa que estaba mientras yo preparaba las últimas cosas para irnos ya me imaginaba cómo iba a ser el viaje. Casi desde que montamos en el coche empezó a preguntar si ya estábamos en el destino. Aunque no se calló en ningún momento afortunadamente la cosa no fue a mayores. Cuando llegamos a la casa no podía parar de jugar con los primos y correr, estaba encantada y se durmió tarde.
Por la mañana en la playa no había quien la sacara del agua, y eso que estaba congelada. Eso sí, sacó en alguna ocasión su carácter y agasajó con su palabra preferida últimamente a algunas personas que se acercaron a saludarnos y que ella no conocía, me refiero al último hit “tonta” y que a mí me suelta cada vez que le digo algo contrario a lo que ella desea. Esto fue precisamente lo que ocurrió cuando se dio cuenta de que le estaba haciendo alguna foto por lo que tuve que terminar la sesión antes de que montara en cólera. Nos encontramos en un momento difícil porque se enfada mucho cada vez que no consigue lo que quiere y hay cosas en las que cedo porque no me parecen importantes y porque no quiero parecer la señorita Rotenmeyer y otras cosas en las que no cedo y en estos momentos no conseguimos contentarla ni dándole mil explicaciones, ni intentando que se olvide del asunto, ni de ninguna otra manera. Me parece muy pequeña para el grado de negociación que mantenemos durante todo el día, hay veces que es agotador. Un ejemplo de esto, aunque pueda parecer frívolo, es la ropa y los zapatos. Quienes sois habituales de este blog ya sabéis la pasión que tiene Teresa por los zapatos, y que no sé de quien ha sacado, puedo asegurar que no soy su ejemplo. Pues casi todos los días hay que discutir con ella para vestirla. En la playa su prima ha tenido que dejarle la parte de arriba de su bikini porque no paró de quejarse y llorar o ir detrás de ella por todos lados hasta que finalmente, cuando llegamos a la piscina accedió. La cara de felicidad era un poema, pero a mí no me gustan las niñas, y menos un bebé de dos años, con la parte de arriba de un bikini. Creo que la problemática ropa y complementos no ha hecho más que empezar con Teresa y, sin lugar a dudas, demasiado pronto.
Por otro lado, en el agua es como un pez. A principios de verano no quería usar los manguitos, tardamos en convencerla para que se los pusiese, pero en cuanto lo hizo se dio cuenta de la libertad que le daban y empezó a disfrutar del agua. En la piscina va suelta para la dirección que quiere y se moja la cabeza continuamente y dice que está buceando. Más que miedo al agua le tenía miedo a los manguitos, ahora no quiere que nadie la sujete, eso sí, todo el rato está pidiendo que la miremos para demostrarnos lo que hace.
Y así ha sido nuestro fin de semana, ya queda menos para las vacaciones.

viernes, 15 de julio de 2011

Premios



Llevo días que no consigo sacar tiempo para casi nada, mucho menos para escribir en el blog, pero de hoy ya no pasa que hable sobre dos premios que me ha otorgado Mamá de parrulín que me hacen muchísima ilusión. Además si lo retraso más voy a parecer una desagradecida y eso sí que no, un poco vaga sí, para qué negarlo.

Uno de los premios es por ser una Supermamá, y por ahora sí que lo soy, al menos para los ojos de Teresa, ya veremos si sigue pensando lo mismo dentro de unos años. Para recogerlo tengo que explicar qué es lo que más me gusta de ser mamá.
Yo siempre digo que la maternidad me ha completado y me ha hecho poner los pies tan en la tierra, en lo cotidiano, en el día a día y en las pequeñas cosas que más que en el suelo parece que los tengo enterrados. Es anclarte a la vida como nunca antes habías imaginado que se podía vivir. Saber cada mañana al levantarte que en cuanto veas a tu hijo una sonrisa tonta te va a acompañar hasta que dejes de verlo o incluso después recordándolo mientras conduces al trabajo. Pero también he experimentado el vuelco en el estómago cuando la veo correr anticipándome a sus caídas, un miedo adelantado que me acompañará siempre.




Este otro premio lleva consigo contestar a las siguientes preguntas:

1. ¿Cuál es tu reto?
Por el momento ya me gano la vida escribiendo, pero el verdadero reto sería escribir algo que me gustase mucho y más creativo. Esto lo veo complicado porque para que no sea una porquería, en mi opinión hay que tener mucha más cultura, imaginación, originalidad y estilo del que yo tengo, de plumillas está el mundo lleno.
2. ¿Qué le dirías a tu jefe si te tocase la lotería?
Pues lo que ya le he dicho pero, que me largo en Septiembre. No me ha tocado la lotería pero la decisión ya está tomada, pero esta historia merece una entrada aparte. La diferencia es que si me hubiese tocado la lotería no me habría importado marcharme cerrando la puerta definitivamente, y no ha sido el caso.
3. ¿Qué harías si descubrieses que alguien te está mintiendo?
Como soy curiosa por naturaleza preguntaría el porqué, es que no me sale hacerme la digna y mostrar indiferencia, me gusta que me den razones.
4. Si se quema tu casa y sólo pudieras salvar una cosa, ¿qué salvarías?
Yo ante estas situaciones hipotéticas siempre creo que como me parase a pensar mucho, con lo indecisa que soy, moriría asfixiada, así que mejor correr.
5. Entras en un sitio con mucha gente, ¿qué haces?
Buscar un hueco, con un rinconcito me apaño.
6. ¿Ves el vaso medio lleno o medio vacío?
Suelo ser optimista, pero cuando me da algún bajón soy muy dramática.
7. Te encuentras una lámpara mágica, ¿qué tres deseos pides?
Salud para toda mi familia, que Teresa sea feliz toda la vida y que su padre y yo nos queramos siempre como hasta ahora.
8. ¿Cuál es tu mayor miedo?
Que le ocurra algo malo a Teresa.
9. ¿Qué te hace feliz?
Los momentos de mayor ternura y amor de Teresa, normalmente cuando está cansada o cuando se acaba de despertar, pero sobre todo su risa.
10. ¿Consigues sacar un minuto para ti cada día?
Si, aunque no lo sepa aprovechar bien.
11. Si pudieras reencarnarte en un animal, ¿cuál serías?
El pero de la lotería, Pancho.
12. ¿Cuál es tu recuerdo más feliz?
Tengo muchos, me costaría elegir uno. Tengo muy buenos recuerdos de cada etapa de mi vida, desde la infancia, el instituto, la época de estudiante en Madrid, alguno en especial con mi pareja y muchos otros desde que soy madre.
13. ¿En qué ciudad vivirías y por qué?
No tengo predilección por alguna en especial. Me gustan las ciudades medias, que tengan ofertas de todo tipo pero que no se me vaya la vida en los desplazamientos.
14. ¿En qué crees?
En la amistad y el amor.
15. ¿Qué sientes cuando creas?
No entiendo bien si se refiere a creatividad o a creer.
16. ¿Te gustaría conocer el futuro?
No.
17. ¿Que otros nombres de blog te planteaste antes de poner este?
No recuerdo si pensé en otros nombres, pero si fue así seguro que eran muy parecidos.
18. ¿Crees que se pueden hacer buenos amigos a través del mundo blogger que frecuentas?
Creo que sí, hay muchas personas con las que creo que tengo una buena sintonía.
19. ¿Qué libro quedará para siempre grabado en tu memoria?
Esta sí que me cuesta trabajo porque hay libros que asocio a distintas épocas de mi vida. Uno de mis preferidos es el libro de cuentos “El Alhep” de Borges.


Ahora tocaría repartir los premios pero creo que ya los tiene todo el mundo. De todas formas aquí están por si alguien quiere recogerlos.

martes, 5 de julio de 2011

El verdadero descubrimiento de los juguetes


Cuantos trastos me habría yo ahorrado en casa si volviese atrás en el tiempo. Desde que nació Teresa he ido perdiendo espacios y acostumbrándome a convivir con trastos por cualquier parte de la casa. Les he buscado rincones, rincones en el salón para aquellos que más uso tenían, incluida la cocinita. Hasta ahora todo tenía medianamente un orden, había ratos que los juguetes parecían una alfombra pero en poco tiempo se terminaba el juego y vuelta a su sitio. Pero qué de cosas cambiaría si hubiese sido consciente de que es ahora cuando realmente disfruta de los juguetes. Y eso que yo he sido de las que he pedido a todo el mundo que no regalase por regalar, que no hay que llevar siempre alguna cosa a la niña, que los regalos son para ocasiones especiales y todas esas cosas que te hacen quedar como la mala delante de la gente, mientras el padre sonríe, recibe con agrado los obsequios y se presenta como el simpático de la pareja. Debe ser que no impongo ningún respeto porque nadie, absolutamente nadie, ni familia, ni amigos, me han hecho caso. Así me ha ido, que para no tener que mudarme he llenado ya, en diversas ocasiones y aprovechando la ausencia de Teresa y su papá, bolsas de basura tamaño comunidad con utensilios de juego que yo misma voy discriminando. Ha habido veces que me he pasado, lo noto cuando los echan en falta. “Ya aparecerá”, suelo decir, consciente de que anda muy lejos.

Sin embargo creo que a partir de ahora el tema va a estar más complicado. Teresa busca y rebusca por todos sitios donde sabe que hay juguetes y va sacando una cosa u otra, se sorprende con objetos que tenía olvidados, los utiliza, juega, se pasa ratos largos entretenida, pregunta por juegos concretos que recuerda perfectamente y los reclama o te dice “no lo busco, mamá”, en lugar de no lo encuentro. El orden en las cosas dura milésimas de segundo, justo el tiempo que termino de colocarlas, inmediatamente después llegan unas manitas para revolverlo todo y decir “eto me sirve”. Las sartenes y ollas de su cocinita llenan mi lavavajillas, su reno, tamaño bulldog se sienta en mi sofá, si Teresa viene por la noche a mi cama la acompañan Pinkinico y las tres mellizas, los cuentos están relegando a mis libros en las estanterías, y sus instrumentos musicales, llámese trompeta o tambor, suenan a cualquier hora. Recientemente también ha redescubierto una colchoneta. Dice que es un castillo hinchable y no para de saltar como una loca. También la utiliza para hacer “ninnasia” y levanta las piernas mientras está tumbada en ella, por supuesto en mitad del salón.

A la hora de salir a la calle, siempre va con su cochecito y cada día dice que le toca pasear a alguno de sus muñecos, últimamente es Upsy Daisy la más afortunada, menuda racha lleva. No nos podemos olvidar de su bolso donde guarda alguno de sus móviles y unas llaves de plástico. Además ahora muchas veces nos acompaña un gato, este no sé de dónde ha salido, pero le encanta jugar a tirarlo para arriba y que yo lo coja, se llama minifú.

Ayer vio a una niña con una moto de plástico de dos ruedas en la que se desplazaba empujándose con los pies y rápidamente pidió una igual. Yo ya sabía que le iba a gustar porque hace tiempo en un hipermercado fui yo la que la incitó a probar una y le encantó. Ha llegado el momento peligroso en que quiere todo lo que ve.

Y así estamos, intentando mantener un equilibrio entre lo que supone disfrutar tremendamente de los juguetes y conservar un orden mínimo para que no piensen que tenemos el síndrome de Diógenes.

viernes, 1 de julio de 2011

Lo bueno del verano

¡Comienzan las vacaciones de verano! Por lo menos para el papá de Teresa, que disfrutará de dos meses intensos de actividades con ella, que vive en vacaciones permanentes. Aunque para Teresa también ha habido un cambio importante y es que ha incorporado los baños en la piscina a su rutina diaria y le encanta, mucho más si es en la compañía de los primos que hacen que cualquier juego se convierta en una fuente inagotable de enseñanzas que ella intenta imitar por todos los medios, aunque en muchas ocasiones no sean las lecciones más adecuadas y sean éstas precisamente las que capta al vuelo.

Rompiendo totalmente con la rutina ayer celebramos una barbacoa por la noche en casa de mi hermana y como el calor era sofocante, Teresa vivió con emoción su primer baño nocturno en la piscina. Casi no la podemos sacar del agua, sólo se animó a salir cuando vio las chanclas de su prima y se fue directa a por ellas. Hoy cuando he llegado del trabajo la he encontrado con unas chanclas rojas, se las ha comprado el abuelo.

Para mí siguen las jornadas de trabajo y aún veo lejanas las vacaciones. Sin embargo en verano relajamos las normas para todos, y se hace más ameno el día a día porque ahora cada tarde salimos a pasear y a tomarnos algo al aire libre. Espero que cuando termine el verano Teresa me regale alguna frase como la que ya conté aquí el año pasado.