miércoles, 29 de diciembre de 2010

Sorpresa... ya ha pasado un año!


Quedan sólo dos días para que termine el año y se me ha pasado volando, casi no me he dado cuenta. 2010 ha sido un año intenso, bueno diría yo, y eso que también ha habido malos momentos. Lo más destacado ha sido el cambio de Teresa que ha pasado de ser un bebé a una niñita. Aprendió a caminar, comenzó sus primeras palabras y ahora corretea y salta por todos lados y no para de hablar y preguntar cosas. De los despertares nocturnos hemos pasado a un sueño reparador y profundo y casi todas las noches completo en su cuna. Incluso pronto dejará atrás la etapa del pañal. Está creciendo y me parece increíble que yo haya podido ser protagonista en esta historia.

Y ahora, haciendo memoria de todo este año, no puedo más que dar las gracias al universo porque todo se haya dispuesto de tal forma para que yo viva la experiencia más enriquecedora de mi vida. Pero además también me gustaría dar las gracias a todas esas personas que tanto necesito y que comparten conmigo los descubrimientos cotidianos de Teresa.

Doy las gracias a David, el mejor papá del mundo, y quien está experimentando en estos momentos cómo Teresa evoluciona de la mamitis a la papitis (snif, snif, ya me temía que en algún momento podía pasar). También les doy las gracias a mis padres que juegan diariamente un papel fundamental en la educación de Teresa. Sin el abuelo Teresa no sería la niña cariñosa que es. Con él juega cada mañana y con una paciencia infinita le cuenta varios cuentos, la lleva a sus adorados columpios, la llena de besos y de historias con una ternura que me conmueve y que sé que acompañarán a Teresa para el resto de su vida. Mi madre, que gracias a ella, y siguiendo su ejemplo, intento alcanzar la mamá perfecta que me gustaría ser, y es la persona quien siempre tiene una mano tendida para todo el mundo. En sus brazos todos los problemas se borran y vuelves a ser una niña. También doy las gracias a mis hermanos que disfrutan conmigo de esta aventura y todos forman parte de esta tribu tan necesaria. Gracias también a la toda la familia de David, a quienes sin duda les gustaría poder pasar cada día con Teresa y a los amigos, quienes siempre están dispuestos a escuchar todas mis dudas sobre crianza y forman parte del comando de cariño que hemos creado con esta experiencia.

Por último, me gustaría dar las gracias a todos los que me leéis y habéis seguido mis descubrimientos y los de Teresa. A todos, todos, mil gracias por compartir este año que ya acaba y espero que podamos seguir así en 2011 y que nos contagiemos un poquito de la sorpresa con la que Teresa vive los detalles más pequeñitos.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Resaca navideña

Después de los días de fiesta podría decir que estoy en plena resaca navideña. Y digo días de fiesta por decir algo ya que en realidad lo que hemos disfrutado es un fin de semana normal y corriente pero con tantos actos concentrados que todavía no me he recuperado.

La Noche Buena la pasamos en casa de mis padres, con toda la familia y por tanto con muchos primos. Teresa llegó contentísima y no dejaba de saltar cada vez que llamaban a la puerta. Yo sabía que para ella era un acontecimiento y durante todo el día ya me hablaba del abuelo y de su prima María, de la fiesta y de los villancicos. No hubo que hacer mucho esfuerzo para que los niños se sentaran a la mesa y Teresa comió muchísimo, pero sobre todo disfrutó con los bombones que había hecho su papá, tanto que tuvimos que esconderlos. Con los nervios no consiguió dormir siesta, así que yo pensaba que se dormiría prontísimo. Qué equivocada estaba, no se durmió antes de las doce y media y encima me tuve que acostar con ella. Una vez que se durmió nosotros aprovechamos para salir con mis amigos y lo pasamos genial después de tanto tiempo sin verlos. Cuando llegamos, para mi sorpresa, Teresa se había despertado y allí estaba con ella la santa abuela. No tardó nada en volverse a dormir, en cuanto me acosté, pero el problema llegó al día siguiente. Se despertó penosa, yo ya sabía que no había descansado todo lo que necesita y estuvo durante toda la mañana penosa y llorando todo el rato. Es la primera vez que la veo así. Por suerte, con una siesta se arregló todo y volvió a ser la misma niña de siempre. De nuevo tuvimos comida familiar y juegos con los primos hasta que por la tarde regresamos a casa.

Hoy lunes todavía arrastro el cansancio en el trabajo porque, todo hay que decirlo, no tengo vacaciones. Eso sí, Teresa y papá dormían placidamente cuando yo salí de casa esta mañana, qué envidia.

jueves, 23 de diciembre de 2010

La hormona de la felicidad

Uno de los cambios más importantes que he experimentado con la maternidad es el estado de ánimo. Después de las primeras semanas en las que el descontrol hormonal fue la nota predominante de mi recién estrenada maternidad, llegó lo que yo llamo la época de “feliz tensión”. Es una temporada en la que me encontraba muy contenta, en la que iba creciendo día a día el enamoramiento de mi bebé al mismo tiempo que se multiplicaba el amor por mi pareja, pero de la que recuerdo además sentirme en tensión y preocupada por que todo estuviese bien en cada momento, especialmente mi hija. Supongo que se debía al repentino y abrumador peso de la responsabilidad, que te hace mantener rígidos todos los músculos del cuerpo durante las 24 horas del día, unida a la segregación constante de hormonas que te hacen ver amor por todos los rincones del universo. Para quien no haya experimentado la maternidad sólo se me ocurre explicarle que es algo así como cuando en un momento cualquiera del día te viene a la cabeza la imagen de un buen recuerdo y de forma repentina aparece una sonrisilla en tu cara que te hace parecer simplona ante las miradas ajenas.

Durante un tiempo pensé que este estado, que a partir de ahora podría denominar “felicidad simplona” desaparecería poco a poco. Creía que era normal que cuando algo nuevo, que nos hace vibrar de emoción, va entrando poco a poco a formar parte de la rutina diaria, desaparecería esa sensación, sin embargo no ha sido así. Ya son casi dos años los que llevo con las endorfinas por las nubes. Por supuesto que tengo bajones, días malos y dificultades cotidianas. Sin embargo, la sonrisa simplona aparece en cualquier circunstancia. Es como si tu rutina diaria avanza y de repente asoma en tu cabeza una imagen y sin poder evitarlo, la imaginación va por libre, y sonríes, en el coche, en la cama, en la calle rodeada de gente, en una conversación aburrida, en mitad de una discusión, preparando un café o en cualquier otro instante y recuerdas “soy la mamá de Teresa”. Son chutes constantes de la hormona de la felicidad.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Primer pipí en el váter

Hoy ha sido el primer pipí en el váter para Teresa. Se hace mayor. Ya desde este verano era consciente de sus esfínteres, aunque lo anunciaba una vez que ya lo había hecho. Tanto para los pipís como para las cacas hay anuncio e incluso pide ir al servicio y que la sentemos en el váter, pero hasta el momento sin que le quitemos la ropa ni el pañal, simplemente como un juego de imitación, y por supuesto cuando ya nada se podía hacer. Hasta ahora esta rutina la llevaba a cabo por imitación a nosotros, tanto que en muchas ocasiones ni siquiera pide sentarse, sino que lo hace de pie, como papá.

Pero hoy la cosa ha sido distinta. Después de tomarse el biberón por la mañana me ha dicho “teno pipí” y yo, tranquilamente y distraída le he contestado: “Bueno, ahora te cambio”. Pero ella ha vuelto a insistir y la he llevado hasta el váter, en principio sin intención de quitarle el pijama y el pañal, pero vamos, que se ha puesto cabezona. La sorpresa ha llegado cuando una vez sentada he escuchado como salía el pipí y ella toda emocionada decía “como máma, como mamá” y le ha entrado risa floja.

Estoy segura de que, con la emoción que lo ha vivido, este momento se volverá a repetir continuamente a partir de ahora, aunque a todos nos suponga un poco de más esfuerzo, teniendo en cuenta la cantidad de ropa que lleva en invierno. Hasta la fecha estaba yo muy tranquila pensando que el mejor momento para dejar atrás el pañal sería el próximo verano, pero se ve que los ritmos de su desarrollo no los marcamos nosotros.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Te deseo...


Como ya casi estamos inmersos en la Navidad y en esta época es normal pedir deseos, hoy suscribo una lista entera de cosas que me gustarían para Teresa y que me tomado la licencia de copiar de Victor Hugo, quien expresó estas aspiraciones, en mi opinión, de la mejor manera posible.

Te deseo primero que ames y que amando, también seas amado. Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores. Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar.

Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos. Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas. Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, para que no te sientas demasiado seguro.

Te deseo además que seas útil, más no insustituible. Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante; no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques al desespero. Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso que seas triste. No todo el año, sino apenas un día. Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un gato, alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de esta manera, te sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuántas vidas está hecha un árbol.

Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico. Y que por lo menos una vez por año pongas algo de ese dinero enfrente a ti y digas: "Esto es mío", sólo para que quede claro quién es el dueño de quién.

Te deseo también que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer, y que siendo mujer, tengas un buen hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes, aún sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte.

martes, 14 de diciembre de 2010

El menú de los cutre chefs: Sorbete de Rioja


Llevo días queriendo sumarme a la propuesta de la Teta Reina para el menú de Navidad pero no veía el momento oye, y tampoco se me ocurría nada sencillo a la par que jugoso y más aún cada vez que van pasando los días y se incrementa el número de recetas cada cual con mejor pinta. En según qué horas intento no detenerme demasiado en la lectura porque se me hace la boca agua, qué ricas todas.

Resulta que hoy se me ha ocurrido presentar una receta muy sencilla pero que en estas fiestas puede venir muy bien en el menú, sobre todo entre plato y plato. No es una receta mía, es de mi hermana, pero se la he robado para esta ocasión, jeje. Se trata de sorbete de rioja, y como su propio nombre indica es el típico sorbete digestivo para pasar de un plato a otro pero que en lugar de ser el típico de frutas es algo más original y además está buenísimo, incluso recomendable para los que no les guste demasiado el vino porque queda bastante dulce.

Ingredientes:

- Un litro de agua.

- 250 gramos de azúcar.

- Una rama de canela.

- Una naranja.

- ½ litro de rioja.

Preparación:

En un recipiente se pone el agua, la canela, el azúcar y la piel de la naranja hasta que se hace un almíbar. Remover de vez en cuando. Posteriormente se deja enfriar y se extrae la piel de la naranja y la rama de canela. Una vez frío se añade el zumo de la naranja y el rioja. Aunque he puesto medio litro de rioja se puede ir probando a medida que se añade para que quede al gusto del consumidor, ya que a algunos nos gusta más cargadito y a otros más suave. Por supuesto a mayor calidad del vino mejor es el resultado. Pues bien finalmente se pone toda la mezcla en el congelador y sacarlo un ratito antes de servir para pasar previamente por la batidora.

martes, 30 de noviembre de 2010

22 meses juntas


Teresa ya ha cumplido 22 meses. En realidad es poco tiempo y sin embargo parece que llevo toda la vida con ella. Aunque quiera quedarme con todos los detalles de su vida las cosas se olvidan y ahora casi me cuesta acordarme de cómo era cuando no hablaba porque, la verdad, ahora sus conversaciones lo llenan todo. Creo que le es imposible estar callada y a duras penas lo consigue cuando duerme porque también hay momentos en los que habla en sueños.

Su idioma parece estar hecho a mi medida. Entiendo perfectamente todo lo que dice e incluso en ocasiones ante determinadas situaciones intuyo el discurso que vendrá después. Para mí es lo más sencillo del universo y por eso me cuesta creer que haya ocasiones en las que alguien no la entiende, sin embargo no me enfado como ella, que repite y repite lo que quiere decir y va subiendo el tono sintiéndose incomprendida. A veces intervengo y aclaro. En algunas ocasiones durante el fin de semana, cuando yo aprovecho para levantarme más tarde, la escucho contándole alguna cosa a papá una y otra vez mientras él pregunta y pregunta para solucionar el misterio de la frase incomprendida. En ese momento decido que total, no voy a poder coger el sueño y que no hay nada como mediar en un dialogo en que se plantean dudas.

Otras veces, como he dicho, nuestras mentes se conectan y le pido a sus interlocutores que no le recuerden a Bambi, ni siquiera cuando aparezca un cervatillo en la televisión. De lo contrario comenzará un interrogatorio sin fin que se resume básicamente en “¿por qué, por qué homes malos pean tio a mamá?, ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué pean tio?. Llegados a este punto, y si alguien no ha hecho caso de mis advertencias tengo que actuar rápidamente y recordarle a Teresa que la mamá de Bambi se curó finalmente y ahora está abrazada a su retoño, la abrazo y le digo “como nosotras”. Porque sí, porque yo ya sospechaba que había que cambiar algunos finales de cuentos antes de que alguien se lo contase de modo literal.

viernes, 26 de noviembre de 2010

La dermatitis y el frío

A finales del mes de octubre del año pasado Teresa tuvo un fuerte brote de dermatitis. En principio aparecieron unos granitos por la cara y el culete así que no le di demasiada importancia y continué aplicando la crema habitual. A medida que pasó el día los granitos fueron extendiéndose por todo el cuerpo y decidí llevarla al médico que me recomendó una crema con corticoides que le extendí por todas las zonas afectadas casi de inmediato. Pero la cosa fue a peor, Teresa no paraba de quejarse, estaba bastante molesta y la dermatitis se iba extendiendo por todo el cuerpo cubriendo incluso los párpados. La imagen de la niña era desoladora y temí que en lugar de un brote de dermatitis fuese algo peor así que volví al centro de salud y en esa ocasión la vio un médico de urgencias. A pesar de ver el diagnóstico de la pediatra que consultamos por la mañana, este médico nos envió inmediatamente para el hospital ya que temió que se tratase de alguna alergia o reacción y que la cosa fuese a más incluso que “le dificultase la respiración”, dijo. Imaginad en qué condiciones me presenté en el hospital.

El médico que nos atendió allí dijo poco pero me tranquilizó bastante. Me recomendó seguir el tratamiento que le habían prescrito y esperar un tiempo prudencial hasta que pudiese hacer su efecto. Reconozco que debió pensar que aquello no requería ninguna urgencia pero al fin y al cabo sólo seguí las indicaciones de un profesional.

El brote de dermatitis se fue mucho más lentamente de lo que había llegado. Aun así decidí llevar a Teresa a un dermatólogo privado. Sus indicaciones no variaron mucho de la rutina diaria que yo ya seguía. Hidratación continua, gel de baño para pieles atópicas y tejidos de algodón. También me comentó que cada vez es más frecuente encontrar a bebés que padecen este tipo de erupciones y que normalmente suele ir desapareciendo con la edad.

Desde aquel momento Teresa no había vuelto a tener ni una sola erupción hasta hace unos días. Se ve que la llegada del frío le afecta a su piel extremadamente sensible. Sin embargo en esta ocasión no ha pasado de unas manchitas rojas en una oreja, y parte de la cara, aunque le pica bastante. Aplicando crema en la zona el alivio es inmediato y ya hoy prácticamente ha desaparecido. Este año Teresa sabe expresar perfectamente lo que le pasa, ella misma me pide que le ponga crema porque entiende cuando le explico que es mejor no frotarse aunque le pique. Me imagino lo que tuvo que pasar el año pasado cuando no se podía hacer entender.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Soy mayor


“Soy mayor”, esta es la nueva frase de Teresa. Al parecer, saber saltar con los pies juntos es un escalón importante en su desarrollo, al menos así lo considera ella. Se pasa todo el día saltando y experimentando con distintos tipos de zapatos para ver cuáles son los que mejor contribuyen a esta nueva destreza. “Mía mamá, un mento, mía” (mira mamá, un momento), así empieza su exhibición de saltos que, en algunas ocasiones, finaliza en el suelo y otras con ella exhausta comentando “toy cansada”.

Le encanta sentirse mayor y me corrige si le digo que es mi pequeña. Eso sí, cuando le explico que los niños mayores no tienen chupete se hace la loca, como quien oye llover. Por ahora el chupete sólo lo usa para dormir, aunque lo reclama muchas otras veces. Creo que va a ser muy complicado que abandone este hábito y no sé cómo lo haremos, se admiten consejos.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Apego a los muñecos


Desde que Teresa era muy pequeña la acompañaba, a cierta distancia en la cuna, un oso de peluche que en el interior tiene una bolsita con unas bolas que se pueden calentar en el microondas y que se mantiene calentito durante bastante rato, aunque en realidad nunca le hemos dado este uso. Es El señor Oso. A pesar de que es el que más tiempo ha pasado con Teresa, el Señor Oso no es al que más cariño le tiene.

Aunque en un principio tenían un uso más decorativo que otra cosa, últimamente si que está mostrando apego por ciertos juguetes. Más que juguetes debería decir muñecos. Su preferido es sin duda Pinkinico, al que ella llama Kico, y que con ese nombre se quedará para los restos. Ya lleva un tiempo que quiere que la acompañe muchas veces a lo largo del día y siempre lo pone a su lado para dormir. Lo busca para todo y se acuerda de él hasta para comer aunque dice que no tiene boca. Cuando muchas noches de madrugada se despierta y pide venir con papá y mamá a la cama, Kico viene de acompañante.

Otra de sus amigas predilectas es Lola. Es una muñeca bastante fea, la verdad. Tiene el cuerpo pequeño, de trapo, y la cabeza, pies y manos de plástico. Su indumentaria es un pijama andrajoso de rayas, pero a Teresa le encanta sacarla a la calle y la sube incluso a los columpios o la pone a bajar por el tobogán. No quiere que se pierda ninguna de las grandes experiencias de la vida y a ésta sí que le ha dado a probar yogures, agua, y todo lo que se le antoja porque dice que tiene boca. Ni que decir tiene que también ha dormido con nosotros en la cama. No puedo poner una imagen de lla porque me ha sido imposible encontrarla y no tengo ninguna foto de ella en este momento, pero lo dejo pendiente porque merece la pena ver lo fea que es.

En este amor que se está despertando por los muñecos ha aparecido una nueva amiga, se trata de Nina. Esta es una muñeca de trapo que a mí si me parece bonita, cuyo único inconveniente es, según Teresa, que no tiene manos, y es que para ella, si el brazo no termina en dedos, tenemos un problema.

Teresa siempre es fiel a Kico, aunque para pasear suele turnar a Lola y Nina en función del plan de actividades que haya e incluso en ocasiones hay que salir con las dos. Les habla continuamente, les pregunta si quieren esto o aquello y las anima a jugar con ella. La cosa es que con este apego por los objetos que demuestra, en la cama muchas veces ya no hay sitio para mí.






miércoles, 3 de noviembre de 2010

Bronquitis

Después de meses sin tener que visitar al pediatra, el mal tiempo nos trajo también los primeros mocos, toses y finalmente una bronquitis. La buena de Teresa no se ha quejado nada, ni siquiera ha pasado una mala noche. No ha estado más mimosa, ni más llorona, ni ha comido menos de lo habitual, ha estado como siempre sonriente, juguetona, cariñosa y con las mismas ganas de mimos y bromas.

En sus visitas al médico se sube alegremente a la camilla, se deja desnudar con tranquilidad e incluso pregunta si se debe quitar los zapatos, su pediatra se parte de risa, no me extraña.

El único mal trago lo pasó el primer día que tuvo que acudir a que le pusiesen aerosoles. Cuando se vio con la mascarilla puesta no había forma de clamarla y no paró de gritar y llorar durante todo el rato, mucho más cuando notaba como yo la retenía con fuerza y le sujetaba los brazos y la cabeza, debió pensar que me había vuelto loca.

Al día siguiente le expliqué que volvíamos a ir a ponerle la mascarilla y se negaba. Por suerte ya venía papá con nosotras y le dijimos que si quería podía sujetarla ella sola pero que si no lo hacía lo tendría que hacer yo a la fuerza porque era la única forma de ponerse buena. Hay que ver lo que entiende un niño tan pequeño. Nos quedamos sorprendidos cuando se sentó en mis piernas y se puso la mascarilla mientras veíamos un cuento. No se quejó ni una vez y cuando terminó nos dijo que ya estaba buena y no tenía tos. La buena de Teresa también se acostumbró a la mascarilla.

viernes, 29 de octubre de 2010

Ataque de furia


En esta imagen no está pidiendo desesperadamente que la coja en brazos, no. Se trata de un ataque de rabia y la destinataria de esa mano amenazante era yo.

viernes, 22 de octubre de 2010

A pegar también se aprende

Teresa ya ha aprendido a pegar sus primeros manotazos. No sé si es cierto lo que dicen algunos sobre que los niños que van a guardería aprenden antes. El caso es que Teresa mantiene un contacto diario con los primos y sin embargo no ha aprendido de ellos, claro que, al ser más mayores, la suelen proteger.

Recuerdo este verano la cara que se le quedó cuando tan contenta y entusiasmada me pidió ir a jugar con una niña de unos tres años que había en una plaza y cuando llegó a su lado ésta, sin mediar palabra, le arreó un guantazo bien fuerte en la cara. Qué decepción, las lágrimas le rodaban por toda la cara y me miraba con curiosidad como esperando una explicación a ese gesto sin sentido. Yo no pude más que consolarla y tomarla en brazos. Creo que era la abuela de la niña la que se acercó y regañó de muy mala manera a la pequeña por aquello. Yo intenté disimular como pude lo muy petarda que me pareció la niña y la disculpé con la típica frase de “son niños”. Al fin y al cabo es verdad, pero la rabia no me la quitó nadie. A los pocos minutos Teresa ya quería volver con ella y yo, pese a mis temores, tuve que acceder diciéndome a mí misma que habría que darle otra oportunidad y quitarle hierro al asunto, no fuese a ser que Teresa se asustase. Allí volvimos las dos y parece que convencí a la pequeña para dar un paseo por la plaza las tres cogidas de la mano. Teresa estaba tan feliz que debió pensar que el guantazo había sido por error cuando de repente la dichosa niña se para y le suelta otra bofetada. Ganas me dieron de comerme a la niña pero lo único que hice fue de nuevo tomar a Teresa y consolarla ante tan inexplicable acto. No estaban compitiendo por nada, no había juguetes que compartir, ni lógica alguna para aquello. Esta vez la abuela se levantó y le dio uno buen zarandeo al que se sumaron unos cuantos cachetes en el culo. En este momento entendí mejor el comportamiento de la pequeña, ¿cómo pretendía esa mujer corregir una actitud haciendo justamente lo mismo que lo que pretende evitar?

Una muestra de la confianza en el género humano de Teresa es que, a pesar de lo sucedido, no se resignaba a evitar a aquella chiquita, es más quería volver con ella, así que no me quedó otra que alejarme del lugar.

Hasta el momento la destinataria de los tortazos, mejor los llamaré manotacillos, he sido solamente yo. Siempre se producen por frustración, porque no la dejo hacer algo que quiere hacer. La mayoría de las veces tengo que controlar mi expresión porque, sinceramente, me hace mucha gracia ver la cara que me pone como avisándome de lo que viene y esperando ver mi reacción. Por ahora siempre actúo igual, preguntándole “¿mamá te pega a ti? La muy pícara responde “no, egar no, etitos” (pegar no, besitos), acto seguido me abraza y yo me la como a besos.

¿Alguien ha pasado ya por esto? ¿Cuál es la mejor manera de actuar?

jueves, 21 de octubre de 2010

Campaña Dodot de Treemkt


He sido una de las 4.000 personas participantes en la campaña Dodot de Treemkt para probar el nuevo “ipañal” al parecer realizado con una novedosa tecnología denominada Dry&Adpt. Contine menos celulosa y una base de gel muy absorbente.

Es cierto que los pañales son bastante finos y muy ligeros, pero la verdad tampoco hay una diferencia excesiva con los tradicionales Activity que son los que yo compro habitualmente.

De todas las marcas que he probado Dodot es sin duda la que mejor resultado me ha dado siempre, y teniendo en cuenta que Teresa tiene una piel hiper sensible y que con cualquier cosa se le irrita yo no me arriesgo, por mucha diferencia de precio que haya. En alguna ocasión alguna amiga me ha dejado un pañal de otra marca y enseguida se le ha irritado la piel, que no digo que se deba exclusivamente a eso pero todo apunta a que sí.

Desde luego el ipañal es fino finísimo, pero también diría yo que algo más rígido que el tradicional Activiti, por lo que creo que seguiré comprando el mismo. Aunque otra de las ventajas del nuevo modelo es que, al parecer, al emplear menos celulosa es menos contaminante ya que genera menos residuos y se emplea menos energía para su fabricación, claro que yo en estas cosas soy un poco escéptica.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Conversación entre primas

Esta conversación la escuché por casualidad mientras ordenaba un armario y ellas jugaban tranquilamente en la habitación.

María (3 años): Teresa ¿jugamos a papás y mamás? Yo soy la mamá y tú el papá.

Teresa: No, yo Teresa.

María: Bueno, yo soy la mamá y tu el bebé y el papá se había muerto.

Toma ya… ¿De dónde habrá sacado esta idea? Qué pronto te liquidan ¿No se le ocurrió la opción de un viaje o algo así?

martes, 19 de octubre de 2010

Premio y test


Aunque llevo unos días liadilla no quiero que pase más tiempo sin agradecer a Laky, Cartafol y Rebe por el premio que me concedieron y que tanta ilusión me hizo. Graaaciaaassss! Y ahora a contestar el test que lleva aparejado el premio.

1. ¿Porqué creaste el blog?

Que ser madre te cambia la vida es una frase trillada pero real como la vida misma y mi caso no fue diferente. Mis conversaciones durante un tiempo se ciñeron exclusivamente a la maternidad, tanto que temí perder las amistades por pestiño, así que creo que el blog sirvió en parte como terapia, jiji.

2. ¿Qué tipo de blogs sigues?

Básicamente de maternidad/paternidad, aunque también otros sin temática específica con los que me lo paso en grande.

3. ¿Tienes alguna marca preferida de maquillaje?

Soy de poco maquillaje aunque esto no significa que no lo necesite, jeje. Me gusta la marca Clinic aunque compro muchas otras, pero como ya he dicho no suelo usarlo a diario.

4. ¿Y de ropa?

Compro ropa en Zara, Mango, Springfield, y en algunas ocasiones me doy un capricho con alguna marca más exclusiva aprovechando las rebajas, sobre todo.

5. ¿Cuál es tu producto de maquillaje imprescindible?

Imprescindible ninguno, pero la base es lo más socorrido, aunque reconozco que un poco de rimel te cambia la cara.

6. ¿Tu color favorito?

Me gustan mucho el azul y el amarillo, pero para ropa los dos extremos; o colores oscuros o el blanco.

7. ¿Tu perfume?

Trésor de Lancome y Obsession de Calvin Klein me encantan. Para diario uso la colonia de Mustela, así llevo el olor de mi hija todo el día conmigo.

8. ¿La película que más te ha gustado?

Cinema Paradiso es una de mis preferidas.

9. ¿Qué países te gustaría conocer y porqué?

Un montón y también muchos rincones de España pero en este momento optaría por Brasil.


Ahora tendría que nominar a diez personas más pero creo que todos los blogs que sigo ya han sido premiados así que creo que la mejor opción es premiarlos de nuevo, ¡Premio para todos!



martes, 5 de octubre de 2010

El porqué de las cosas

El tiempo pasa tan rápido que tengo la sensación de que ayer acunaba a mi bebé y hoy sin más estamos plenamente inmersos en la etapa de los porqués. Está claro que ha llegado antes de lo que esperaba, y aun a riesgo de parecer una madre plomiza y exagerada, es justo decir que Teresa avanza muy rápidamente en el tema del lenguaje.

Aunque creo que sus porqués no se centran en conocer una explicación sobre el funcionamiento del mundo que la rodea, lo cierto es que hay que darle una respuesta y cada conversación la termina con la preguntita dichosa, repetidas veces si es necesario.

Un ejemplo de que no le interesa conocer respuestas sino más bien ver hasta dónde alcanzan los límites de nuestra paciencia de adultos, puede ser este:

- Mamá quero buchar… (quiero ducharme)

- Vale, te quito la ropa y a la ducha.

- ¿Por qué?

- Porque te gusta mucho.

- ¿Por qué?

- Tú me has dicho que quieres ducharte.

- ¿Por qué?

- Porque es la hora de la ducha.

- ¿Por qué?

- ¿¿¿¿???? Teresa, ¿te quieres duchar?

- Si, tita popa (quita la ropa).

Creo que sobra decir que, aunque tiene su gracia, puede resultar agotador.

"Pos va a ser que no"

Adiós a los miedos. Esta mañana se han disipado de un plumazo. Después de un madrugón de mil demonios para hacer el viaje y acudir a la entrevista para el nuevo posible trabajo las dudas se han despejado en poco menos que veinte minutos de conversación. Eso sí, me rocogió a mi llegada un coche oficial que pagamos todos.

Nada más sentarme frente a la persona que me iba a entrevistar he percibido esa sensación de falta de interés por su parte y una prueba de ello es que después del saludo de rigor atendió una llamada telefónica e hizo otra. Puede que fuese muy importante, que creo que no era el caso, pero aun así me ha parecido una falta de respeto. Mi currículum no lo tenía sobre la mesa y tengo la sensación, por las preguntas que me ha hecho sobre mi trayectoria profesional, de que ni siquiera lo había leído. Mal empezamos, pensé y creo que me he ido poniendo tensa y un tanto a la defensiva, la verdad. Pero lo que verdaderamente me ha puesto casi de uñas (me he contenido) ha sido un tufillo de superioridad que me repele y que suelo percibir entre los compañeros de profesión que desarrollan su trabajo en la capital con respecto a los de provincias (entre los que estoy yo).

La cosa ha ido de mal en peor y el punto álgido ha llegado cuando me ha preguntado si leo la prensa. Pero por amor de Dios ¿de dónde han sacado a este energúmeno?

Para acabarlo de arreglar me pide que le explique cómo creo que se desarrolla una nota de prensa en ese trabajo en concreto y aquí ya casi me levanto, lo juro, pero sólo he acertado a contestarle que, a mi modo paleto de entender las cosas, la técnica para escribir una noticia es igual en La Moncloa, por poner un ejemplo, que en el Ayuntamiento de Pinarejos, por poner otro.

En fin que se puede decir que ha sido todo un fracaso y que ya me puedo olvidar de plantearme cambios (con tanto miedo que me daban), por el momento.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Miedo a los cambios

Tengo el blog completamente abandonado, no tengo tiempo para leer los blogs que sigo y soy consciente de que me estoy perdiendo muchas cosas pero ya intentaré ponerme al día.

Hoy quiero comentar que mi hermano ya ha salido del hospital. Ahora comienza una nueva etapa que no será fácil, pero que afrontamos con mucho ánimo. Por otra parte, como se suele decir, el destino es caprichoso y cuando parece que todo empiezas a tenerlo bajo control, ocurre algo para que tu pequeño mundo se ponga del revés.

Me han hecho una propuesta profesional muy interesante, de esas que casi sería vergonzoso no aprovechar. El problema es que esto supondría un cambio de residencia con todo lo que esto conlleva. Lo que más me preocupa es Teresa, cómo se podría adaptar a los cambios teniendo en cuenta que ella ahora mismo está rodeada de familia todo el día y en ese caso sólo estaríamos las dos. Sin duda tendría más tiempo para pasar con ella pero de todos modos no sería sencillo llevar una vida al estilo madre soltera en ciudad desconocida y sin ayuda cercana. En poco tiempo debería buscar un piso, una cuidadora y actividades diurnas para Teresa y sobre todo centrarme en un nuevo trabajo con nuevos compañeros y adaptarme a todo esto sin perder la cabeza.

No es nada seguro porque tengo que pasar una entrevista, aunque reconozco que hay una persona que me respalda.

A pesar de que el trabajo es apasionante, supone ventajas económicas y profesionales y para mí sería un gran salto además de que podría permitir a medio plazo que papá pidiese traslado a la misma ciudad, el miedo a los cambios hace que haya llegado a pensar incluso que ojala no pase la entrevista y no me lo tenga que plantear.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Un día gris


Hoy es un día gris oscuro y parece que el ambiente se ha contagiado de mi tristeza. En cualquier otro momento me habría alegrado ver la lluvia por la ventana y vendría a mi mente esa imagen reconfortante que muchos compartimos y que consiste en imaginarnos sentados leyendo un libro al otro lado del cristal. Sin embargo hoy los únicos pensamientos que me persiguen están relacionados con la distancia, despedidas y rutinas.
Como se puede comprobar no estoy en mi mejor momento anímico.
Anoche ingresó mi hermano en el hospital y me quedé con él. Como a la mayoría de las personas que conozco, no me gustan nada los hospitales y la verdad, no entiendo por qué se llama así un lugar tan inhóspito. Ninguno de los dos hemos pegado ojo.
Por la mañana, con el tiempo justo para darme una ducha y un beso a Teresa, me he ido a trabajar. También el cansancio influye en el estado de ánimo y la forma de afrontar las cosas y quizá por eso hoy todo me viene grande. Durante la noche, en silencio y en la oscuridad, fingiendo de mala manera que dormíamos, cada uno se ha sumergido en sus pensamientos y el mío estaba invadido por Teresa. Sin embargo también pensaba en David y en el maldito trabajo de cada uno que hace que una vez más no esté cerca cuando tanto lo necesito.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Primer "Te quiero"


Como un amor de verano que se ha vivido intensamente entre risas, caricias y juegos inocentes. Así se ha ido pasando el verano y como todo gran amor inocente ayer culminó con un “Te quiero”. Por suerte no se trata de una despedida sino de madurez verbal y es que Teresa ya sabe expresar lo que siente. Ayer como si una despedida del verano y de las vacaciones se tratara, entre mimos y besos en la placita que tantas tardes hemos frecuentado este verano, me dijo “mamá mucho quero” y lo repitió varias veces. Nunca olvidaré estas palabras.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Días rurales


Después de la playa nos fuimos diez días a una casa rural en un valle precioso que, aunque en un principio creímos haría menos calor, sufrimos la ola de aire del desierto y aunque durante la noche bajaban las temperaturas por el día no descendían de los 35º. Por suerte en la casa teníamos piscina pero nuestras rutas por los pueblos cercanos se hacían más que cuesta arriba, sobre todo temiendo en cuenta que debíamos empujar una silla o cargar a Teresa con la manía que ha cogido de “e coca a mamá” (le toca a mamá).

Si la arena fue toda una experiencia para Teresa que recordó durante días e incluso hoy todavía simula que hace montones con ella, los días de campo no fueron menos. Todas las mañanas se despertaba gritando “¿oyes yayo?” (¿oyes el gallo?) y saltaba de la cama nerviosa para llevarle pan a las cabras y tirar piedras en el río. Es increíble lo alejados que estamos del mundo rural a pesar de que nosotros no vivimos en una gran ciudad. No me extraña que muchos niños no sepan de dónde viene la lecha y crean que los huevos crecen en los árboles, jeje.

Una de las cosas que más me ha llamado la atención de estos días ha sido la necesidad de contacto con otros niños que nos mostraba Teresa. Se notaba que echaba de menos a sus primos y nos dejaba alucinados pidiendo ir a jugar con cualquier niño que veía por la calle. Ha sido una actitud nueva y ha habido incluso casos en los que ha llegado a intimidar a sus compañeros de juego de tanto entusiasmo que le ponía.

En las imágenes se puede ver a Teresa con sus amigas las cabras, en el río y con una visita inesperada que esta sí creo que le dio un poco de miedo.

martes, 7 de septiembre de 2010

Descubriendo la playa


Como ya me imaginaba el primer contacto de Teresa con la playa no fue nada idílico. Sin ningún recuerdo del año pasado y teniendo en cuenta que por muchas explicaciones y detalles que le adelantásemos no se podía imaginar ni por asomo cómo sería, su primera reacción fue de asombro y desconfianza.

Sus ojos abiertos como platos daban muestra del impacto que le causó ver semejante espectáculo de la naturaleza unido al espectáculo humano, para qué negarlo. Ver niños correteando por un lado y por otro le incitaba a querer probar aquello pero al mismo tiempo no quería que la soltase de mis brazos. Esto unido a lo delicada que es para las nuevas texturas hizo que decidiese colocarla encima de una toalla antes de que tocara la arena. Y no me equivoqué porque fue ponerle un puñado en la mano y empezar a quejarse porque la tenía “susa”, así que pisarla ni en sueños.

La segunda prueba a superar fue el agua. Como a Teresa le encanta estar en el agua creí que no habría ningún problema mientras no la pusiese en el suelo y así fue. Risilla nerviosa, toma de confianza, salto de olas, besos, vueltas, chapoteo, sumergimos la cabeza… parece que todo va sobre ruedas y nos salimos. Decido dejarla de pie en la orilla porque con el juego parece que se ha olvidado de la arena. Cada vez que viene una ola y deja los pies bajo un manto de arena húmeda jugamos a buscarlos y parece que vamos superando miedos. (¡Esto funciona!). Lamentablemente con el juego me despisté un poco y llegó una ola que la puso empapada y todo nuestro ritual para amar la playa se fue al traste en un segundo.

La segunda jornada de playa comenzó más o menos de la misma manera pero en esta ocasión los primos hicieron a la perfección su papel de padrinos playeros. Cuando vio a María jugar con su pala y su cubo le pudieron más los celos que la grima por el nuevo elemento y optó por probar. Tanto se entusiasmó que al final del día ya caminaba sola por la arena, no sin algunos remilgos.



lunes, 6 de septiembre de 2010

Hemos vuelto



A pesar de lo dura que pensé que sería la vuelta al trabajo tengo que reconocer que esta primera jornada no ha sido nada complicada y eso se debe, creo yo, a que vengo con las pilas cargadas.

En primer lugar quiero dar las gracias a mama de Julio, Magda, Rebe y Ama de casa y mamá por el premio que me concedieron y del que me he enterado hoy. Me ha hecho muchísima ilusión. Me da un poco de pena no poder ponerme al día por completo de todos los blogs que sigo y que tanto me gustan pero es que sois muy prolíficas y va a ser imposible leer todos los posts.

De las vacaciones traigo miles de anécdotas y muchas dudas que consultar pero de las que quiero ir hablando poco a poco y es que Teresa crece muy deprisa y hay que tener respuestas para casos incluso antes de que se planteen. Merece una entrada aparte el primer guantazo que me soltó un día mientras estábamos tumbadas en la cama y que me dejó tan perpleja que ella misma se asustó.

Pero si para algo han servido estos días ha sido sin duda para desconectar de todo y disfrutar plenamente de mi hija. No nos hemos separado ni un minuto y hemos vivido desconectadas literalmente del mundo, incluso sin cobertura en la mayoría de los momentos. Teresa ha tenido tiempo para descubrir un mundo nuevo, en plena naturaleza y rodeada de animales y nosotros la hemos acompañado en todo como por primera vez.


viernes, 13 de agosto de 2010

Vacaciones

Parecía que no iba a llegar nunca este momento... Por fín estoy de vacaciones. En los próximos días mi intención es estar totalmente desconectada del ordenador y conectar plenamente con Teresa. Echaré de menos leer los blogs pero intentaré ponerme al día a la vuelta. Espero volver descansada, llena de energía y con la mente despejada, pero sobre todo, con nuevos descubrimientos de mi hija.

martes, 10 de agosto de 2010

Una época mágica


Cada día de este verano Teresa nos sorprende con nuevos avances y es que estamos viviendo una época mágica en el desarrollo de un niño. Ella es la auténtica protagonista y nosotros los privilegiados espectadores en primera fila.

Ayer por primera vez fue consciente de lo que es la vergüenza. Mientras miraba hipnotizada a un bebé que jugaba con sus padres sentados en una plaza junto a nosotros quiso acercarse para tocarla pero, por supuesto, quería que yo la acompañara. Una vez allí le tocó las manos, compartió risas y cuando su padre le preguntó por la edad le dio una risilla nerviosa y escondió su cabeza en mi pecho. Le pregunté que si le daba vergüenza y entendió enseguida que estaba etiquetando ese sentimiento que había experimentado. Desde entonces a cada pregunta volvía a esconder su cabeza y repetía riendo “vergüenza”, bueno, en su lengua.

Ya hace unos días que cuando estamos en una plaza o un parque ella misma se sorprende alejándose un poquito más de mí. Creo que le gusta sentirse independiente y hay veces que se arma de valor para avanzar bastante hasta volver la cabeza y regresar corriendo hacia mí. Es como si poco a poco este círculo tan estrechito nuestro, que nos mantenía muy unidas, como en un pequeño conjunto cerrado, poco a poco se fuese haciendo más grande. Me da pena pensar que llegará un día en el que ni siquiera girará su cabeza para ver donde está mamá.

En las relaciones con otros niños también ha cambiado. Siempre le ha gustado relacionarse, pero el otro día fue a jugar con el grupo de niños de unos amigos, todos algo mayores que ella, y estuvo mucho rato sentada con ellos en el suelo compartiendo juguetes. Iba y volvía sin pedirme que la acompañara y en todo el rato que compartieron juguetes no hubo ni un solo conflicto, algo raro.

Otra cosa que también me llama la atención es que se preocupa mucho por lo que pasa a su alrededor, especialmente a los niños. Si escucha algún llanto enseguida me pregunta “¿qué pasa?” o “¿Qué pasa a bebé?” y a veces hasta ella misma busca alguna respuesta como “quere agua” o “a coja mamá”. Esto me hace dudar entre si tiene una gran empatía o simplemente es una cotilla.

jueves, 5 de agosto de 2010

Un año más


Hoy es mi cumpleaños y Teresa ya me ha felicitado. Cuando se ha despertado, de tan buen humor como siempre, su padre me ha dicho felicidades y después ella ha hecho lo mismo. Qué cumpleaños más feliz. Hoy estoy muy contenta y de buen humor, es de esos días en que veo el vaso no ya medio lleno, sino a rebosar.

No es que me haya tocado la lotería, no, es simplemente que soy muy feliz con lo que tengo, llamadme loca. Mi familia, mis amigos, algunos a los que no veo tanto como quisiera, David y Teresa, todos conmigo y poco más necesito. Bueno si, tiempo para disfrutar aún más, pero ya no queda casi nada para las vacaciones!